En una ceremonia que tenía aires de fiesta patronal, Ña Rufi (69) y Juan Ramón (25) firmaron el libro hû anoche, pasadas las 20:30, en la ciudad de Lima, San Pedro.
La novia llegó en un auto de colección delicadamente adornado y al bajarse de él, la gente la aclamó como a una miss.
“Estamos llegando con un profundo amor”, dijo a EXTRA mientras se alistaba en la peluquería.
Entre los cientos de asistentes a la boda había una que ocupaba un lugar muy especial.
Elena Aguilar de Portillo, la suegra de ña Rufina, ponía por primera vez los pies en la comunidad donde ahora vive su hijo Juan Ramón.
Como amigas
“Me hallo mucho por ellos. Viven muy bien juntos, tranquilos”, dijo al corresponsal Carlos Aquino, ayer, en las horas previas al casorio. La doña contó que suele recibirles en su casa de Ypane.
Después ña Rufi dio más detalles sobre la relación con su suegra.
“Nos llevamos demasiado bien porque ellos viven lejos luego de nosotros, ayer nomás vino para la boda de su hijo”, comentó.
“Tiene 45 años, creo, es más joven que yo”, agregó. Recordó que en la primera visita, la familia de Juan Ramón les agasajó con un feroz banquete.
Con ña Elena, todos los días se comunican por celular. Lo que ya no hacían tanto en los últimos tiempos era viajar junto a ella y su marido, por la situación económica.
Desde la víspera de la boda estuvieron juntas, como amigas: “Tomamos mate, cocinamos, comimos juntas en la mesa, todo el día hablamos, compartimos y charlamos de muchas cosas”, indicó la locutora recién casada.
Ayer también reveló que en su soltería tenía muchos pretendientes, jóvenes y no tanto. “Después vino él, seguramente Juan Ramón era luego para estar conmigo”, he’i.
“Les veo bien”
Sobre la decisión de su hijo de casarse, ña Elena dijo a nuestro corresponsal Carlos Aquino: “Lo veo muy bien y me hallo mucho porque haya sido así, porque no todos piensan en casamiento. Al enterarse de los planes le alentó: “Javy’a nendive che memby”.
