Líder indiscutible dentro y fuera de la cancha. No solo conduce un camión repartidor de leche, sino que además supo llevar a buen puerto al Expreso Decano. Roque Luis Santa Cruz Cantero, el capi, fue el principal responsable de que Olimpia se alzara con su estrella número 45. Si bien colaboró dentro del campo de juego, lo que hizo fuera de él pesó más que sus golazos durante el torneo.
En un audio que se viralizó en las redes sociales se escuchó como el Babygol tomó al toro por las astas y, al más puro estilo de los grandes oradores de la historia, se puso a discursear a sus compañeros.
“Esta es la final; no hay mañana, acá vamos con bronca, mañana no hay entrenamiento, no hay un partido la semana que viene, tenemos que dejar todo hoy, es lo único que queda: es hoy y nada más”, dijo el artillero en vestuarios.
No se sabe si la arenga fue antes o en el entretiempo del duelo frente a Guaraní, lo cierto es que exigió a los demás poner más huevo y pecho a todo lo que se venía.
“Tenemos que terminar como hombres, ser fuertes, vamos a ser honestos con el trabajo, sacrificados como lo fuimos todo el año. Si sufrimos, sepamos sufrir, cuando tengamos que aguantarnos una puteada del de al lado, aguantemos como hombres que somos. Tenemos que levantarle al grupo, al que le haga falta. Si alguno necesita de alguna buena puteada, tenemos que tener gente ahí que esté dispuesta a dársela”, he’i voi Roque.
Un legado
En su intento por levantar la moral del equipo, el capitán apeló a la historia que tiene el club y a aquello que lo hace grande y son las múltiples conquistas a lo largo de los años.
“Hay veces que tenemos que hacer cosas que la gente no olvide. Tenemos que darles hoy algo que recuerde. Los títulos se recuerdan siempre, la gloria se queda por siempre. Así que vamos a inscribir otra vez nuestros nombres ahí donde todo el mundo va a recordar: nuestros hijos, nietos, alguna vez van a leer que este grupo supo ser campeón”, insistió.
Pidió “ser hombres”
El delantero hasta recurrió a la famosa frase de Osvaldo Domínguez Dibb para transmitir ese olimpismo entre las cuatro paredes del vestuario del Defensores del Chaco.
“Este partido es por nosotros, no importa más el dinero, no importa más nada, lo único que no tiene precio es la gloria. Lo único que tenemos que hacer es sacrificio. Ser hombres para ganar”, culminó, seguido después del grito de los jugadores. No cabe duda que la arenga dio sus frutos y gracias a las palabras del líder más importante, la copa del Clausura fue a Para Uno.