Blanca M., de 33 años, aguantó todo tipo de maltrato en la casa familiar de su pareja, en Ñemby. Por mucho tiempo aguantó golpes y humillaciones.
El jueves, llegó golpeada y sangrando hasta la Comisaría 7ª de Ñemby, pidiendo ayuda, que sus cuñados le negaron. Minutos antes, su concubino, José Domingo Solís Ortigoza, de 33 años, casi la mató.
Según el relato de la víctima, ella estaba chateando con una clienta, pero al parecer el hombre desconfió y le agarró por el cuello con violencia. Después intentó asfixiarla con una almohada.
“Vio todito mi hija (la violencia). Y esto yo no quiero mostrarle más a mi hija. Ya no quiero pasar más esto”, expresó la mujer.
La hija de ambos, quien, presa del pánico, pidió ayuda. “’¡Papá, soltale a mi mamá’, gritaba mi hija”, dijo Blanca, con la voz entrecortada.
La mujer, aún conmocionada por lo ocurrido, decidió acudir a la comisaría para formalizar la denuncia.
Temor
“Esta vez me di cuenta que me quería matar. Luché por mi vida. Me peleé luego con él, sinceramente. Ahora, sin pensar dos veces, vine a denunciar”, declaró la doña, con determinación.
la víctima también manifestó su preocupación por otras mujeres que, al igual que ella, sufren violencia en silencio. Lamentó que muchas no se atrevan a pedir ayuda y que incluso resulta en desenlaces fatales.
“Espero que se haga justicia”, declaró, confiando en que su denuncia sea el primer paso para garantizar su seguridad y la de su hija.
Indicó que la primera noche, le tocó dormir en su local de peluquería, ya que salió de la casa de su suegra, donde no la auxiliaron las veces que fue víctima de violencia.
Señaló que ahora solo espera que Solís Ortigoza sea detenido y que ella tenga una vida tranquila y segura.