Desde hace más de medio siglo, don Cayo Valiente, un abuelito de 92 años, tomó como compañeros de vida a una filosa tijera y un pequeño peine.
Su avanzada edad nunca fue impedimento para el peluquero yaguaronino, al contrario afirma que cada vez más mejora sus técnicas y espera llegar a los 100 aún con las tijeras entre los dedos.
“Muchos ya desconfían de mi trabajo por mi edad, me preguntan si puedo pararme mucho tiempo, si aún puedo ver bien su cabello, que no le corte la oreja, pero yo veo perfectamente y no uso lentes”, dijo a EXTRA el abuelito.
Lo que más ponderan sus familiares y amigos es que a don Valiente ni le tiemblan las manos y tiene una agilidad con los dedos.
“Para mí la peluquería ya no es un simple trabajo, sino es un arte, por eso hace 59 años hago”, señaló el peluquero.
Sus inicios
Don Cayo inició su amor a la peluquería en 1962, en ese momento tenía 33 años. Había ido a Argentina para trabajar de obrero y aprovechó sus tiempos libres para estudiar en un instituto de Buenos Aires.
“Nunca voy a olvidar las clases de mis profesores, me decían que cada corte no debe ser solo por moda, sino por la forma del cuerpo, de la cabeza, la nariz, el cuello de la persona. Por eso tuve muchísimo éxito cuando vine porque mis clientes quedaban muy bien”, indicó el abuelo.
Mencionó que por su avanzada edad no abrió su local durante todos los meses de cuarentena obligatoria para evitar contagiarse del coronavirus.
“Antes tenía muchos clientes, pero ahora ya son menos, igual no me quejo”, alegó don Cayo.
La mayoría de sus clientes son adultos de entre 30 a 50 años, así como aspirantes militares y policías, debido a que el peinado que mejor le sale es el de soldadito.
También fue torero
Don Cayo no solo es peluquero, sino que hasta hace unos años era uno de los más solicitados toreros de su departamento y en todo el país.
“Amoñarokuaa la toro (sé domar toros), hice eso durante muchos años, ahora ya no porque ya soy viejo y me va a costar demasiado”, comentó el abuelo.
Cindy Duré, nieta del peluquero, dijo que su abuelo es el orgullo de sus tres hijas y de todos sus nietos, ya que con su edad no para de trabajar.
Ordeña vacas y vende leche a sus 94 años
Doña Cornelia de Sosa (94), es otra abue de hierro que pese a su edad sigue trabajando y tiene mucha fuerza.
“Ella es la primera que se levanta en la casa todos los días, desde las 5 de la mañana no para, no quiere que nadie más ordeñe sus vacas ni toque los quesos que hace para vender”, relató Hugo Sosa, su hijo.
La abuela, oriunda de Ybycuí, contó a EXTRA que “no es nada para ella” ordeñar a 8 vacas. Mencionó que su secreto es comer locro y dormir temprano.