02 mar. 2025

“Dios está poniendo en mi camino gente de buen corazón”

El joven quemado con agua caliente recibió ayuda de una fundación y de compatriotas. Por la gravedad de sus quemaduras lo trasladaron de urgencia hasta el Centro del Quemado.

Caminaba, se sentaba, se acurrucaba, pero nada servía... Josué temblaba. Deambulaba impotente por la casa desde las 20:00 del viernes hasta las 06:00 del otro día, sus piernas ya no aguantaban.

Dormir por lo menos 10 minutos es lo que deseaba con todas sus fuerzas, sin embargo la enorme herida en su espalda no le permitía tan siquiera pegar un ojo. Luego de 10 horas pudo conciliar el sueño pero su decepción fue aún más grande al despertar: seguía en aquella pesadilla.

Hace una semana, Josué Pinto fue a casa de Gregorio Leiva (73) para cobrarle G. 100.000 luego de hacerle trabajos de albañilería. El adulto mayor, sin piedad, le derramó agua caliente. El joven de 19 años quedó con serias quemaduras.

Al borde de la cama y balanceándose del dolor lo encontraron ayer dos voluntarios de la Fundación Despertar, de Minga Guazú, que fueron para hacerle curaciones. Sin embargo quedaron boquiabiertos al ver tamaña lesión y decidieron trasladarlo de urgencia hasta el Hospital del Quemado en Asunción.

“Cuando vi dije que eso no estaba bien, sus quemaduras se están agravando, él debe estar en un hospital para prevenir una infección”, manifestó a EXTRA Antonio Sotelo, miembro de dicha organización.

Añadió que, a pesar de que la misión de la Fundación es atender a ancianos y niños de escasos recursos, la historia del muchacho les conmovió.

“No podíamos quedarnos sin hacer nada por nuestro prójimo, así que rápido empezamos a pedir ayuda a la gente”, agregó.

Grande fue su sorpresa cuando un centenar de ciudadanos solidarios llamó para colaborar con la causa. “Estoy emocionado, recibimos ayuda de muchos que querían aportar para el combustible”, agregó.

Agradecido

Lejos de sentir rabia, la bondad en las palabras de Josué sorprenden. “Estoy tan agradecido, compatriotas de todo el mundo me contactaron para ayudarme, esta es una prueba de Dios, él está haciendo la obra y está poniendo en mi camino a gente de buen corazón”, señaló.

Con la esperanza puesta en el cielo, emprendió el viaje junto a su pareja hasta el nosocomio, donde quedó internado.

Nadie sabe dónde está, el patrón no irá preso ni fue imputad: Por su avanzada edad, Gregorio Leiva no fue aún imputado. “Correspondería una imputación por lesión grave, incluso la preparamos, debería tener una orden de detención y pedido de prisión pero el impedimento es la edad del acusado ya que tiene 73 años”, explicó el fiscal Julio César Paredes. “El lunes debería presentarse”, dijo. Según los datos que maneja de la víctima, nadie sabe nada del autor. Su casa está cerrada y ya especulan que se fue lejos.