Marta Vázquez Piatti conoció a Néstor Raúl Montes allá por 1980, en un viaje de fin de curso al Brasil. Ella, asuncena; él, cordobés. Tenían 18 y 20 años, respectivamente, y les bastaron unos pocos días para quedar flechados.
Desde entonces, estuvieron cerca de un año mandándose cartas una vez a la semana, religiosamente, contándose sus novedades. En 1981, Néstor Raúl vino al Paraguay queriendo formalizar la relación ante los padres de su amada, pero ellos lo rechazaron por desconfianza, por no conocerlo. Aparentemente, todo terminó ahí, cada uno siguió su camino, formaron familia y estuvieron 30 años sin saber nada el uno del otro.
Por cosas de la vida, ambos atravesaron también rupturas amorosas. En medio de los cambios, volvieron a contactarse por Facebook en el año 2010 y desde ahí quedaron comunicados permanentemente. “Después, nos reencontramos y fue como si nunca nos hubiéramos dejado de ver”, cuenta Marta, que ahora tiene 56 años.
Llevan 8 años juntos, a unos 1.250 km de distancia. Marta lleva la cuenta de cuántos viajes en colectivo hizo en estos años. “Tengo más de 95 viajes, cada uno lleva como 20 horas más o menos”, relata. Néstor Raúl tiene menos posibilidades de venir, pero eso no es problema: “Por mi parte, solamente hice unos 36 viajes. Cada uno tiene siempre un contenido especial, porque es un nuevo encuentro, una forma de derrotar a la distancia”.
Además, no pasan un día sin hablar. “Antes era por Messenger; ahora, por WhatsApp. En estos tiempos las comunicaciones son más fáciles con las videollamadas, los mensajitos”, cuenta Marta.
Los familiares de Marta y Néstor están muy contentos con su relación.
Seguridad, confianza y disfrutar mucho son el secreto
Marta Vázquez es psicóloga y da algunos tips a las parejas jóvenes que también se aman en la distancia: “Lo nuestro es más fácil porque es una relación ya madura, pero les digo que todo tiene que basarse en la confianza.
Uno tiene que tener seguridad de sí mismo y disfrutar del momento. Esas son las tres cosas que les aconsejaría”. Vivir pensando en lo que puede estar haciendo el otro no es recomendable y las parejas hay que reinventarlas, afirma.
Otra historia de amor
Patricia Sánchez es artista plástica y Marcelo Galeano, fotógrafo. Se conocían de vista en Fernando de la Mora pero nunca se hablaron.
Hace unos años, cuando él fue a vivir a Japón, ella le pidió permiso para recrear una de sus fotos, desde ahí nunca más dejaron de hablar. Cuando se dieron cuenta de que sentían algo más, comenzaron a mostrar su afecto con detalles.
Aun con la tecnología a mano, se enviaban cartas y regalos. "Él era muy detallista, por eso me atrapó, si no, no le iba a estar esperando”, recuerda Patricia entre risas. Un año y medio estuvieron así, separados por 18.000 km, pero con sus corazones latiendo muy cerca.
Él, que fue a Tokio sin planes de volver, regresó para quedarse con Patty en 2015 y hoy son una linda pareja de novios.