Carmen Franco veía a su mamá prenderle una vela a San Antonio y ponerlo de cabeza cuando necesitaba encontrar a su chancho perdido. Esta misma práctica ella copió a sus 19 años, pero para que su novio volviera a ella.
“Él vivía lejos. Venía una vez por semana de visita, pero una vez tardó meses en volver, por lo que yo prendí una vela y le puse a San Antonio de cabeza e, increíblemente, al día siguiente vino junto a mí”, dijo la señora, que fue haciendo lo mismo varias veces, hasta conseguir su objetivo: casarse.
Sin embargo contó que una vez, casi casi le pilló su pretendiente. Pasaron semanas de la última vez que fue de visita, por lo que todos los días prendía una vela, ponía la foto de su novio y al santo de cabeza.
Mientras lo estaba haciendo, su enamorado llegó y rápidamente sopló la vela y guardó la foto. “Esa vez llegó borracho y no se dio cuenta de nada, por suerte”, contó entre risas la mujer.
Para su alegría, tiempo después logró “atrapar” a su novio y se casó con él. Hoy tienen dos hijos. “Podemos decir que San Antonio nos unió”, aseguró la señora.
Robó el santo
Ña Lidia Duarte, de Acahay, contó que su prima había llevado a escondidas la imagen de San Antonio de su tía y le puso una tela roja por la cabeza y le pidió que “le mande” un marido porque tenía miedo de quedar solterona. Después de meses, se casó con un señor de nombre Antonio, justamente.
La tía estuvo buscando a su santo por toda la casa, pero sin éxito, hasta que un día la recién casada fue llegando con el santo en la mano y se lo entregó de vuelta a su tía, a quien contó lo que hizo.
“Nos reímos mucho de ella y le dijimos que su marido iba a ser borracho, pero afortunadamente no fue, hasta ahora siguen juntos y tuvieron 5 hijos”, contó la doña.
Se enojó con el santo
En 2003, la figura del santo patrono de la capilla San Antonio, de Capiibary, había desaparecido. Nadie supo lo que pasó con la imagen, pero luego de dos años reapareció en un basural.
Los pobladores quedaron sorprendidos y días después se supo que una de las vecinas había robado para pedirle un marido. La señora se casó, pero su esposo era tan borracho que ella se enojó con el santo y lo tiró a la basura.