Emilio Meza (28), un joven paraguayo oriundo de Villa Elisa, chulea a la pandemia y se gana la vida en Bélgica vendiendo chipa a los europeos.
Más que una afición que le recuerda a sus raíces, el compatriota encontró con la tradicional comida paraguaya un buen negocio para sobrevivir en el lejano país.
El joven contó a EXTRA que hace más de 4 años tomó la decisión de viajar a Europa para ayudar a su familia y salir adelante.
“Primero fui a París (Francia), ahí trabajé en un bar argentino, y ahí creció mucho más mi amor a la cocina. Hace un año y medio vivo en Bélgica”, comentó Emilio.
Mencionó que una amiga suya, paraguaya que vive en París, fue la que le incentivó a laburar vendiendo chipa. En ocasiones el joven también prepara y vende chipa guasu y sopa paraguaya por esos lares.
Vende muchísimo
Emilio dice que desde hace dos semanas, tiempo en que se animó a dedicarse completamente a ser chipero, le llueven los pedidos.
“Los belgas y otros europeos están fascinados con la comida paraguaya. Cada dos días vendo entre 5 a 6 docenas”, detalló.
Vende las chipas en dos presentaciones: cocinadas o congeladas, ya que algunos quieren sentir la experiencia de cocinar una comida paraguaya.
Mucho sacrificio
Emilio señaló que hacer chipas se volvió una gran pasión para él, ya que siente que esta forma exporta la cultura paraguaya en un país que conoce muy poco de Paraguay.
“Nadie me enseñó a hacerlas, con empeño practicaba a amasarlas y ahora muchos la quieren porque me sale muy bien”, agregó el compatriota.
Ingredientes
El joven chipero comentó que casi todos los ingredientes de su chipa son paraguayos, ya que le envían desde Paraguay la harina de maíz, el queso y el almidón a través de una distribuidora.
“Con la chipa siento que estoy dando a conocer mis raíces y mi cultura. Con esto puedo mostrar a Paraguay”, recalcó Emilio Meza.
G. 17.700 cuesta cada chipa
El compatriota vende sus chipas por pedidos de docenas. Cada chipa por unidad cuesta 2 euros (G. 17.700) y la docena está 25 euros (G. 212.800).