Un cartel de “Empanadas a 1000” llama la atención de toda la gente que transita por el micro centro de Asunción.
Muchos hasta bajan del colectivo para comprar y luego siguen a pie hasta sus lugares de trabajo.
Ariel Ruiz, del local Zoe Food, vende muchísimas empanaditas, pero dice que no le deja ganancias, ¿y entonces?.
El emprendedor reveló que el bocadito es una trampita para potenciar el “plato fuerte”.
“Te voy a hacer sincero, la empanada a mil es un truco para atraer clientes. La idea es venderles mis viandas de almuerzo”, indicó. Le resultó súper bien porque ahora lleva comidas a varios Ministerios.
Aún así, la cuestión está difícil por lo caro que está todo. Hace poco tuvo que subir el precio de su menú económico, costaba G. 11.000 y ahora está G. 13.000. “La inestabilidad de los precios es lo que mata. Un día la cebolla está a G. 3.500 y al siguiente a G. 6.000. Nunca se gana lo mismo”, lamentó.
Gancho de comedor
En el Mercadito Municipal Número 3, de Asunción, los comedores están en la lucha diaria para no cerrar.
Aunque les cuesta un montón, Samuel y Felicia Fretes mantienen su menú económico. El plato a G. 10.000 es el gancho para atraer y mantener a su clientela.
Está bien baratito porque es “medio plato”. El menú suele ser: guiso, tallarín de pollo o marinera con ensalada. Las comidas que tienen mucha carne, como estofados y asado, cuesta entre G. 15.000 y 20.000.
La suba del precio de la canasta básica les pesa muchísimo. Pero continúan trabajando porque se rebuscan y aprovechan las ofertas. “Por ejemplo, compramos falda en vez de carnaza porque es más barata”, señaló Samuel. Seguirán ingeniándose, pero tampoco descartan que en algún momento el plato a G. 10.000 desaparezca