Desde ahora, las maquinitas de tragamonedas tendrán un lugar específico, lejos del alcance de los niños, según dispuso la reglamentación decretada por el presidente Santiago Peña.
La presente ley tiene por objetivo regular los mecanismos para la habilitación, explotación y el uso de los juegos electrónicos de azar autorizados a nivel municipal.
Serán los municipios los que otorguen los permisos, pero informando de forma semestral a la Conajzar, entre regulador de juegos de azar.
Para obtener el permiso será necesario cumplir con estas reglas:
1. Lugar cerrado: El público en general no puede tener acceso directo desde la calle. El lugar debe tener límites y no dentro de otras áreas de locales que permitan el acceso a menores, aun cuando sean separadas con mamparas y/o divisorias, como mercados, despensas, peluquerías, salas de internet, farmacias, hamburgueserías, bodegas, bares, cafeterías, restaurantes y otros.
2. Carteles obligatorios: Deberá tener un cartel con la leyenda: “Prohibido el acceso a menores de edad” y no podrán ostentar la palabra “Casino”.
3. Distancia: Distancia mínima de 500 metros de escuelas, colegios, universidades y similares. La distancia se medirá desde sus accesos.
4. Número de cuenta corriente catastral: Las autorizaciones se podrá realizar una por cuenta corriente catastral por permisionario. Esto, a manera de saber exactamente el lugar donde se explota el juego.
5. Las máquinas tragamonedas no deberán tener dibujos animados o músicas infantiles.
6. Además no se podrá realizar la explotación cerca de terminales de micros, aeropuertos, estacionamientos, tiendas comerciales, shoppings, galerías, super, teatros, cines, complejos recreativos.
7. Sanciones: Los locales que no cumplan estas disposiciones deberán pagar un salario mínimo vigente por máquina a la Muni. Ese dinero será destinado al tratamiento y asistencia de menores que hayan caído en el vicio de los juegos de azar.
No merendaban
En Coronel Oviedo ya había una ordenanza contra la instalación de tragamonedas cerca de escuelas y colegios, pero era muy difícil hacer cumplir, según indicó en su momento la concejala Rosana Bogado.
En 2022, la comuna estimó que en la ciudad estaban distribuidas unas 1.800 máquinas y era frecuente ver a chicos y adolescentes utilizarlas a diario.
“Es una preocupación porque los niños dejaban de merendar para poder jugar”, había dicho la edil. En Asunción y San Lorenzo también ya realizan controles.