Pagar cuentitas, comprar ropa, hacer reparaciones en la casa o el auto, regalar a los seres queridos, ahorrar...
El aguinaldo es uno de los cobros más esperados y quien más, quien menos ya sabe dónde colocarlo mucho antes de poder palpar ese dinero.
Natalia Vázquez y Ronaldo Franco son una joven pareja y, sobre todo, un gran equipo. Ella realiza impresiones personalizadas y él, al terminar su jornada laboral fuera de casa, también le dedica tiempo al negocio.
Juntos asumen los gastos de la familia, pero el aguinaldo que cobre él, será administrado 100% por ella: “como corresponde”, dice Natalia, muy canchera.
“Es para adelantar cuentas, para reparar el auto porque se nos rompió el parabrisas, comprarnos alguna ropita, cosas para Alejandra (hija) y guardar un poco porque ya llega su cumple”, dice la joven, de Itauguá.
“No le dejo para la cerveza, le doy 20.000 cuando va de cancha porque eso es lo que se colabora”, añadió.
Rocío Martínez, del barrio Mburucuyá de Asunción, además de pagar cuentas y gastar por su vehículo, le va a regalar una partecita del aguinaldo a su mamá, así como hace unos años le entregó su primer sueldo, en agradecimiento.
Para los chicos
Quienes tienen sobrinos y ahijados, conocen el pecheo de los niños por algún juguete o aparato electrónico, por la cercanía de la fiesta de los Reyes Magos. “Más bien ropa y zapatos lo que les regalo”, dice Rocío, tía de tres criaturas.
Mario Garcete, de Fernando de la Mora, abonará algunas cuentas, pero también planea comprarse ropa, ahorrar, y consentir a los sobrinos, que le piden regalos.
Cambio de vida
Amanda y Francisco se casaron hace poco. Antes cada uno se compraba cosas personales; ella, por ejemplo, le ayudaba a su mamá a cubrir algunos gastos y guardaba una parte para la facultad. Él gastaba en las cenas de Navidad y Año Nuevo.
Este año, juntarán sus aguinaldos para tener su heladera.
Eduardo Ayala sugiere ponerse metas: por ejemplo, ahorrar la mitad.
“En mi caso, que soy soltero, voy a pagar mis cuentas y arreglar algunas cosas que tengo pendiente; los casados, veo que siempre gastan en su familia y en pagar deudas también. Nosotros no hacemos regalos de Navidad, no esperamos una fecha para regalarnos. Nunca me piden nada, ni de broma”, comentó Eduardo.