Mabel F. indicó que es acosada sexualmente por un motociclista, que la persigue constantemente con la intención de tocarle la cola.
La joven pidió ayuda ayer en las redes sociales. Reveló que estaba muy asustada y que no sabía cómo proceder, porque no conoce al hombre.
“Un tipo me esta acosando, ya es la tercera vez que me persigue en la moto y me quiere tocar la nalga. Para muchos será una macanada, pero me siento asqueada. Es el mismo tipo, la misma moto... Quiero saber cómo pedir el circuito cerrado de un local gastronómico, cómo presentar una denuncia y si es válido”, señaló la chica.
Aparentemente el supuesto acosador la observó durante un tiempo, ahora ya conoce el horario en que va al gimnasio, su camino y hasta dónde vive.
Mabel es de Capiatá, en el desvío a la ciudad de Areguá es donde el motoca suele pescar por ella. En una ocasión la siguió hasta su departamento y mientras temblaba del susto e intentaba abrir el portón, el desconocido se acercó y le tocó la cola.
Según el relato de la afectada, nadie la ayudó.
“Ojalá esos tipos que estaban ahí, que escucharon como grité, reaccionaran. Solo un señor salió y me dijo: ¿te hizo daño?” expresó.
Al no encontrar ayuda, la víctima trató de defenderse. Arrojó su botellita de plástico y hasta piedras al motociclista.
Mabel observó que un negocio de comidas tiene una cámara de seguridad. Acudirá a los dueños para intentar acceder al circuito cerrado y conocer la chapa de la moto o el rostro del conductor.
Una internauta señaló que en la misma zona, otra chica pasó por lo mismo. “Cerquita de mi casa es y ya había pasado algo similar, pero en Km 25 Itauguá. La chica se refugió en una estación de servicios creo, pero le siguió desde Km 21 según ella... ¿no será el mismo?”, expresó. Las chicas le recomendaron andar siempre con gas pimienta o una picana eléctrica para defenderse.
En el micro
Una joven de 19 años escrachó en sus redes sociales a un hombre que le estaba tomando fotos a escondidas, en el colectivo.
“Yo estaba con mi tía en el colectivo y ella me dijo que el señor nos estaba sacando fotos. Cuando me doy la vuelta a mirar, el tipo apunta su cámara hacia mí”, relató la chica.
Las pasajeras exigieron al señor que deje de tomarles fotos y como no lo consiguieron, también le sacaron fotografías. Luego el señor se mudó a un asiento del fondo.
La joven y su tía decidieron bajarse del micro y esperar otra línea, porque ya no se sentían seguras dentro del transporte.