Con un gran sombrero y una sonrisa de oreja a oreja... así estaba don Valentín Sanabria Insaurralde montado al, hoy famoso, caballito de Caacupé. Aquel momento lo remontaba allá por el año 1984.
En esa época, era solo una vaga idea, hoy por hoy es realidad, atracción y tradición. “Yo soy el ideólogo de las fotos sobre el caballo, el que plasmó esta creación, los otros copiaron nomás ya”, dijo entre risas a EXTRA.
El señor de 72 años se considera, con total seguridad, ser el pionero.
“Estábamos entre 20 fotógrafos, hubo una prohibición de parte del sacerdote de aquel entonces y tuve que idearme”, comentó.
Don Valentín mencionó que tanto era el fervor de la gente hacia la Virgencita de Caacupé que todos deseaban tomarse una foto con la imagen, así que decidió encomendarse a ella para idear un plan que le ayude a ganarse el pan de cada día honradamente, haciendo lo que más ama: captar momentos.
Tal es así que un día supo qué hacer. “Vine a la Basílica, traje el caballito y empecé a tomar las imágenes de los niños sobre él. Luego, otros hicieron lo mismo, no me estorba, pero realmente fue mi idea, reiteró.
El abuelito inmortaliza cada momento de fe de los peregrinos hace más de 30 años. Gracias a su humilde e importante trabajo pudo tener una casa y sacar adelante a sus hijos. “Se lo debo a la Virgen”, agregó emocionado.
Sin embargo, hubo días malos. En época de la pandemia por el coronavirus, las restricciones sanitarias evitaron la concurrencia masiva a la festividad mariana, lo que golpeó duramente también en el bolsillo de don Valentín.
“Actualmente, el movimiento es normal ya otra vez y eso nos pone muy contentos”, dijo.