Cabizbajo, con la mirada perdida y con lágrimas en los ojos: así recibió la medalla de subcampeón Daniel Güiza y en él se refleja la sensación de todo el plantel azulgrana.
Cerro Porteño ganó como lo debía hacer pero el Gumarelo también hizo lo suyo y se consagró campeón del Clausura.
El Ciclón no perdió el torneo en la última fecha, le costó carísimo su aventura de ir por los dos frentes cuando todavía disputaba la Copa Sudamericana. Cuatro empates consecutivos mientras era puntero y las incontables ocasiones desperdiciadas aquel lunes en Luque donde nuevamente cedió el primer lugar, fueron las claves para que en Barrio
Obrero terminen con las manos vacías. Le sobra de consuelo la clasificación al repechaje de la Copa Libertadores, donde deberá medir al Deportivo Táchira, de Venezuela.
El partido
El Azulgrana, con mucha paciencia, no se desesperó para ir tejiendo el resultado a su favor. Después de un primer tiempo entretenido con chances para ambos equipos, la complementaria fue favorable para Cerro Porteño con el ingreso de José Ortigoza que convirtió por duplicado, ambos con jugada previa del “Gitano”.
Con el partido liquidado, Cerro manejó el trámite esperando el milagro, pero en la cancha de su clásico rival. El Repollo ya estaba festejando.