04 mar. 2025

“Un cerrista no muere, alienta desde el cielo”

Andrés Colmán falleció el año pasado y tiene su panteón azulgrana en Caacupé.

Deber hecho. Amigos, padres y hermanos de Andrés le cumplieron el deseo que siempre tuvo: tener un panteón personalizado con los colores del club de sus amores. Colmán sonríe desde el cielo. Foto: Sixto Villasboa.

En la entrada misma del cementerio principal de la capital espiritual del país se puede observar un panteón distinto a los demás, que resalta por su colorido azulgrana, algo poco usual para el lugar.

No se trata solo de fútbol, esta vez la pasión traspasó los horizontes. Foto: Sixto Villasboa.

Allí se encuentran descansando los restos de Andrés Avelino Colmán Lesme, que a la edad de 27 años falleció el 29 de noviembre del año pasado tras no sobrevivir a un accidente en moto. Pero recién hace poco se inauguró su lugar de eterna paz. “Sí, fue un deseo de él… siempre decía que si moría algún día querría así. En su velatorio todo era de Cerro, su altar también. Su cajón está envuelto con una bandera de Cerro”, contó a EXTRA José Rodrigo Guillén, quien fue compañero de cancha y vecino de Andrés.

27 años tenía cuando falleció: dedicó su vida a Cerro Porteño.

Cuando el fanático fue enterrado, fue ubicado en un lugar familiar, por lo cual se aguardó a que se compre un terreno propio para que puedan pintar los amigos, hermanos y padres del difunto.

AMIGO. Guillén y Andrés eran como hermanos.

Según José, Cerro Porteño era todo en la vida de Andrés, pues gracias al fútbol se conocieron y crearon el grupo “Lxs de la Cxpe”, haciéndose como hermanos. Compartían cenas y por supuesto, siempre iban a la cancha para alentar al Ciclón pese a la distancia, dejando las gargantas en las graderías.

Fuimos a la inauguración de La Nueva Olla y me dijo que ya podía morir en paz”

José Guillén, amigo del fallecido.

Por esas cosas de la vida, Colmán partió con el deber cumplido. “Fuimos a la inauguración de La Nueva Olla, me acuerdo bien que dijo que ya podía morir en paz. Así pasó”, relató Rodrigo, erizando la piel a más de uno.