En el fútbol paraguayo solo se aburre el que quiere. Un prueba más de ello fue lo que ocurrió ayer durante el juego de inauguración del Torneo Clausura entre Resistencia y Sol de América en los Jardines del Kelito, que esta vez no tuvo problemas con la lumínica por el nido de loros, tampoco con el generador, ni con el empastado, pero sí en uno de los arcos.
A los 82', cuando el Triángulo Rojo ganaba por 2 a 1 y el Danzarín buscaba con todo el empate, el remate potente de un jugador solense pegó en el exterior de la red y eso hizo que se rompiera parte de la misma específicamente en el ángulo superior derecho. Como los que estaban abajo en el marcador no querían perder tiempo, ellos mismos se encargaron de solucionar de forma casera el inconveniente. El volante argentino Rodrigo Castro agarró una cinta leukoplast y se subió kai’rõ por uno de sus compañeros para atar y pegar bien la parte rota por el poste mientras el arquero de la Chaca, Ruhan Dos Santos, lo ayudaba extendiendo los piolines. De esa manera remendaron la portería y prosiguió el cotejo.
La imagen kachiãi, curiosa pero que refleja las precariedades del fútbol nuestro de cada día, recorrió rápidamente las redes sociales como material de las páginas Out of context (fuera de contexto). Mundial 2030, ahí te vamos...