Tiempo atrás se ponía su short, se colocaba los guantes y calzaba sus botines, lista para detener los balones más difíciles y evitar la caída de su valla.
Hoy cambió de atuendo: viste bata blanca, usa tapabocas, guantes de látex e intenta detener a otro tipo de enemigo que no se ve, pero que está allí. La situación es diferente, pero la garra y la actitud son las mismas. Zulma Orué, la primera arquera mundialista, muestra la otra faceta de su vida después de haber dejado el campo de juego.
“Estudié Enfermería en Ñemby, en la Facultad San Patricio de Irlanda del Norte. Allí conseguí mi licenciatura. El servir es mi pasión. Desde que tengo uso de razón, siempre estaba pendiente de mi familia, ya que mi mamá era una persona lúpica (padecía lupus) y con diferentes patologías. Hoy en día ya no está, pero sé que estará muy orgullosa de mí, del poder servir y aliviar el dolor de otros con tanto amor”, expresó la joven quien actualmente forma parte de los funcionarios del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram).
El lugar es una de las principales sedes de recepción de personas infectadas con coronavirus.
Zulma sostiene que la lucha diaria no es sencilla, sin embargo confía en la garra paraguaya.
“Pido a la gente que mantenga la calma. No es nada fácil, pero vamos a ganar este Mundial, Paraguay lo va ganar. Solo pedimos, nosotros los personales de blanco: #QuedateEnCasa, es tu mejor refugio, es tu mejor arma”, expresó a la página Futfempyo.