UN AMIGO LE AYUDABA A ESCRIBIR CARTAS PARA EL LEVANTE.
Amar a la antigua es una de las virtudes del exalbirrojo Enrique “Rambert” Vera, recordado por su actuación con la Selección en el Mundial Sudáfrica 2010, quien contó cuál fue el secreto para lograr llegar al corazón de su esposa.
En el programa “A la Pelota”, emitido por la 1120 AM, el jugador recordó que para enamorar a su mujer le enviaba cartas y flores, dejando en evidencia su lado más romántico.
A diferencia de sus dotes con el balón y su incansable aporte dentro del campo de juego, Rambert reconoció que lo suyo no son las letras. “Un amigo me ayudaba a redactar (las cartas) porque siempre fui malo para eso; me inspiraba en Maná y los Temerarios”, rememoró.
Con su infalible técnica formó una familia y tiene tres hijos. “Al mayor le gusta raspar y barrerse como el padre”, reveló.
El último club en el que jugó Vera fue el América de Quito, luego de su paso por Sportivo Luqueño, pero por ahora está alejado: “Quiero jugar en un grande de Paraguay, aún tengo la voluntad y las ganas de seguir demostrando que puedo aportar”.
INOLVIDABLE
En cuanto a su exitosa actuación en la selección paraguaya, que históricamente llegó a cuartos de final en el Mundial, sostuvo que tiene numerosas anécdotas con sus compañeros. “En la Copa América me escondí bajo la mesa y asustamos al jefe médico. Luego nos enteramos que tenía problemas cardíacos”, acotó.
El pelotero resaltó que en el plantel quedó la espina, sabiendo que pudieron haber ganado y ser campeones. “Los españoles estaban asustados, nunca nos pasaron por encima”, dijo. Incluso se trajo un recuerdo del país africano: una ruidosa “vuvuzela” que su hijo menor suele tocar.
El exalbirrojo expresó que tiene contacto con algunos, especialmente con los que están acá.