Ante la selección argentina, disputó quizás su mejor partido con la camiseta de la Albirroja. Marcó presencia en cada intervención, puso pierna cuando hubo que poner y hasta le hizo un lujoso “sombrerito” a Matías Kranevitter para el deleite del público.
Richard Ortiz justificó plenamente por qué Ramón Díaz apostó por él en los dos primeros partidos de las Eliminatorias sudamericanas. El volante liberteño recuperó muchas pelotas y hasta llegó con peligro al área rival. Todo el esfuerzo que desplegó en el Defensores tuvo sus secuelas, pero qué importa, valió la pena cada centímetro que corrió en la cancha.
“Suelo perder tres kilos por partido. Terminé acalambrado el partido contra Argentina. Le dije a (Ángel) Di María que deje de correr. Yo no podía más y el seguía corriendo. Me estoy cuidando mucho, me siento bien y debo mantener el nivel”, reveló ayer en la 800 AM, el centrocampista.
Destapó más secretos de lo que fue la previa ante los dirigidos por el “Tata” Martino. “El profe (Ramón Díaz) me había dicho que si había que meter patada, había que hacerlo porque los argentinos son cagones. Nos dijo que teníamos que hacernos sentir y que no importaba la amarilla. Yo entraba fuerte sin intención de lastimar”, reconoció.
Por último, destacó la tarea que desplegó el debutante Darío Lezcano, a quien todos ya le pusieron un apodo. “Paulo (Da Silva) le llamaba ‘Motochorro’ a Lezcano, ahora todos le llamamos así”, contó entre risas