Los jugadores de Olimpia no reaccionaban viendo que el título se les escapaba de las manos. No pudieron superar a Santaní y el miércoles deberán enfrentar nada menos que a Cerro Porteño en juego extra. La hinchada terminó enfurecida y destrozó vehículos de directivos decanos y del propio “Chiqui” Arce. “¡Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo!”. Con este grito ensordecedor, la hinchada franjeada despidió anoche a los jugadores de Olimpia ni bien culminó el partido ante Santaní. El Franjeado volvió a perdonar y se quedó sin su ansiado título N° 40 por segunda vez.
El público llenó el Defensores, alentó a cada momento, pero los jugadores no devolvieron con goles el constante apoyo. Sorprendió el ingreso desde el vamos, de Núñez en lugar de Torres. En la primera mitad, la Franja no tuvo hambre de gloria. Un cabezazo de Rolón que fue bien contenido por Gavilán fue la jugada más clara que tuvo el equipo de Francisco Arce en la primera mitad.
En la complementaria, el ingreso de Mendieta le dio otra cara a los olimperos. Ni bien arrancó el segundo tiempo, “Willi” metió un pase quirúrgico y Salgueiro quedó mano a mano con el portero. El charrúa definió por encima, pero el golero metió una mano salvadora que acalló el grito de gol. Del rebote probó nuevamente Mendieta y el golero se lució: la pelota terminó pegando en el palo.
La debacle
La ansiedad fue el peor enemigo de Olimpia en estas dos últimas fechas. Los santanianos ya avisaron a través de Díaz que querían aguarle la fiesta. El elenco del interior se jugaba el pellejo a sabiendas de que todavía estaba con vida a esas alturas para no descender.
Ya en tiempo de descuento, el recién ingresado Aquino definió estupendamente ante Barreto, pero el línea levantó el banderín y el gol fue anulado por posición adelantada, algo que no existió. Pecó de inocente Olimpia y le costó caro.