14 dic. 2024

Olga Miranda, entre las diez mejores del mundo

Es la única sudamericana entre las primeras.

DEDICADA. En su primer juego de Libertadores, Olga Miranda cobró tres penales, y estaba más nerviosa que nunca. No durmió esa noche preocupada por la revisión de imágenes, hasta llegó a preparar su discurso de despedida, pero afortunadamente todo salió bien.

Por segunda vez de manera consecutiva, la árbitra paraguaya Olga Miranda integra el top ten de mejores réferes a nivel mundial, según el más reciente ránking de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol (IFFHS).

En diálogo con EXTRA, Miranda contó de dónde surgió la motivación para arbitrar. “Fue una casualidad, estaba en el cursillo para ingresar a Ciencias de la Comunicación, y una prima que arbitraba en la UFI me llamó la atención. Me interesó el periodismo deportivo, pero para eso debía entender de fútbol, y al año siguiente se abrió el curso de árbitros de la APF y me inscribí”, indicó.

Como no conocía las reglas del deporte rey, tuvo que empezar de cero, memorizándolas. “Cada vez que veía los partidos me imaginaba arbitrando; era como un sueño inalcanzable”, destacó la bella y talentosa.

Sobre el honor de figurar entre las diez mejores juezas del mundo, Olga admitió que no lo esperaba. “Nunca lo imaginé, siempre fui de perfil bajo. Estoy muy sorprendida, representa una gran responsabilidad saber que en alguna parte del mundo me conocen y que les gusta mi trabajo, eso me da como una inyección de energía para seguir luchando, a pesar de todas las adversidades”, subrayó la profesional.

No la entendían

La árbitra oriunda de Ybytymi, compartió una anécdota que le tocó pasar. “En un encuentro definitorio del mundial entre Suecia vs. Canadá, les hablé (a las competidoras) en guaraní en todo el partido, hasta que una jugadora me pregunta si en qué idioma hablaba. Le dije en Guaraní, y me responde ‘I don’t understand’ (yo no entiendo). Me dijeron que parecía francés y fue todo un show”, recordó entre risas.

Por último, rememoró la situación más difícil que le tocó pasar en esta profesión. “Dirigí después del fallecimiento de mi hija y mis hermanos, recuerdo que lloré durante todo el partido. Sentí tanta rabia e impotencia en ese momento. Sin darme cuenta que el arbitraje sería la mejor terapia para sobrellevar esa tragedia”, eran sus palabras.