Sin mucho apoyo y con recursos propios, Max Linchevsky viajó a Brasil tras sus sueños y conquistó uno de los torneos más importantes de Jiu jitsu. Dicen que nadie es profeta en su tierra, este es el caso del paraguayo Max Linchevsky quien se consagró como campeón de la Copa Podio en Brasil, uno de los eventos más importantes a nivel mundial de Jiu jitsu, pero que en nuestro país carece de apoyo. No es la primera vez que el atleta consigue dicha proeza, ya que meses atrás había conquistado el primer lugar en la edición realizada en Argentina.
A base de sacrificio y esfuerzo Max cumple con su sueño de llegar a lo más alto en la disciplina. “Dejé todo por ir a competir; mis amigos, mi novia, mi familia, tuve que salir de mi zona de confort porque acá tenemos una vida a la que uno está acostumbrada y allá tuve que cambiar totalmente. Ahí se ríe, se llora, se sufre y hay satisfacciones, se pasa de todo. Se extraña todo de Paraguay, pero sin sufrimiento no hay gloria, nada que es fácil vale la pena”, dijo Max a EXTRA.
El campeón contó que su madre lo inculcó a practicar dicho deporte. “Hace ya casi ocho años que empecé con un amigo, siempre me gustaron las artes marciales, siempre me gustó el deporte de contacto. El popular ‘la mamá quiere que entrenes para defensa personal’ y esas cosas, para ganar autoestima cuando sos chico, pero mi mamá fue la que me inculcó las artes marciales”, agregó el deportista
No hay respaldo
Ser deportista en Paraguay es realmente difícil, más todavía en deportes que no son muy populares y no cuentan con mucho sustento. “El apoyo que yo tengo es el de mi familia, de mi equipo, no del estado ni nadie relacionado al deporte nacional. Al llegar de Brasil solo se fueron a recibirme mis allegados. Tengo apoyo particular; de nutricionistas, entrenadores, pero falta patrocinadores, auspicio, falta herramientas para que el atleta paraguayo pueda surgir, el atleta paraguayo tiene mucho para sobresalir”, remató.