El Ciclón apostó por una táctica inteligente en Potosí, aguantando las embestidas del rival que fueron mermando a medida que corrían los minutos. La poesía de Rodrigo Rojas bajó la cortina. Inteligencia, fortaleza y oportunismo fueron las herramientas principales de Cerro Porteño para contrarrestar la falta de oxígeno en los 3.900metros de altura, vencer a Real Potosí por 1 a 0 y anotarse entre los 16 mejores equipos de “La Otra Mitad de la Gloria”; la Copa Sudamericana.
Una guapeada del capitán Rodrigo Rojas, quien dejó a algunos rivales por el camino a pura gambeta y potencia, se coronó con una bomba tierra-aire que pidió permiso para meterse en el ángulo del portero paraguayo del equipo violeta, Henry Lapczyk, quien solo se atinó a mirar. Ese tanto a los 86 minutos decoró una correcta presentación azulgrana en suelo boliviano y en toda la serie.
El monólogo del Real Potosí fue una constante durante los 90 minutos, pero el trabajo defensivo cerrista funcionó a la perfección. Además, el guardameta Antony Silva estuvo infranqueable bajo los tres palos.
La diferencia de seis goles que llevó Cerro Porteño a Potosí facilitó las cosas. Sin la necesidad de apresurarse por buscar un grito sagrado, el equipo paraguayo resignó, prácticamente, la labor ofensiva y salvó aisladas insinuaciones, Lapczyk fue espectador de lujo desde su portería.
De yapa, ¡clin caja!
En la segunda parte, a medida que los minutos fueron pasando, el nerviosismo cegó a los bolivianos que cada vez fueron menos peligrosos. Ese fue el momento cuando futbolistas como Carlos Bonet, Álvaro Pereira y Rodrigo Rojas empujaron al equipo hacia adelante para redondear laserie con un triunfo en Bolivia, un terreno siempre hostil para el conjunto azulgrana.
En octavos, Cerro Porteño deberá ir por Independiente de Santa Fe, vigente campeón de la Copa Sudamericana. Por ahora, son 925 mil dólares los que el Ciclón se está embolsando en la competencia, además de acrecentar el sueño internacional.