En octubre del 2012 se disputaba el último clásico del año en el fútbol paraguayo.
La victoria había sido de Cerro 4-1 ante el Decano. Este partido quedó grabado de manera muy especial en la retina de dos jugadores: los hermanos Salcedo.
Santiago y Mingo, identificados con el club de Barrio Obrero, habían hecho historia al marcar un tanto cada uno al acérrimo rival. Los únicos hermanos que habían logrado esto fueron Virgilio y Francisco Ferreira 11 años antes.
Cada uno festejó el gol del otro como propio y en cada efusivo abrazo la dupla SA-SA demostraba que aquel amor fraternal iba más allá de la sangre.
Hoy, Mingo colgó los botines y ya en otra etapa de su carrera volvió al club de sus amores convirtiéndose en parte del cuerpo técnico del Ciclón. Ante este nuevo desafío, Santiago decidió mostrar una vez más su amor de hermano e inspirado en ese sentimiento le escribió una conmovedora carta.
“Todavía es increíble y muy difícil de asimilar que te retiraste del fútbol profesional, que colgaste los botines y la manera o forma en que lo hiciste para colgarte el silbato y ponerte la gorrita. Sos un crack ehh”, escribió el mayor de los Salcedo.
En otra parte, Santiago dice recordar cientos de anécdotas, campeonatos, viajes y entrenamientos.
“No me queda más que agradecerte por todos esos momentos increíbles que pasamos, decirte que te quiero mucho”, señaló. Además describió a Mingo como alguien que dejaba el alma en cada partido. “Tavyrón luego eras en la cancha”, le bajó Sasá. Finalmente dijo sentirse muy orgulloso por él: “Quiero decirte que estoy siempre de pie y a las órdenes para lo que necesites. Te quiero mucho Mingol querido”, concluyó el goleador.