La primera mujer paraguaya en completar semejante hazaña. La maratonista Karina Molinas llegó a la meta de la ultramaratón más díficil del mundo, recorriendo los 246 kilómetros de Atenas a Sparta, Grecia, en más de 35 horas. Por esa razón, la Junta Municipal de Asunción le entregará la Medalla Arsenio Erico al Mérito, este miércoles.
En diálogo con EXTRA, la atleta guaraní reveló su experiencia: “Había 75 cortes en total para hacer la pausa, en cada una de ellas hay un tiempo mínimo para llegar, si no cumplís, estás afuera. Todo el tiempo se acumula para el siguiente puesto, no da margen. Estuve 35 horas sin dormir”, recordó la paraguaya.
Karina contó que en un momento les agarró una torrencial lluvia en la montaña, donde les azotó un huracán, con ráfagas de viento y que inclusive la llevó para atrás. Pero no se dejó vencer. Luego, en el puesto 69, se cortó la energía eléctrica, y no apareció su registro, pero llegó faltando 3 minutos.
Durante la competencia, Molinas se valió de agua, frutas y algún que otro suplemento, para sobrevivir. “Cuando llegué, estallé en lágrimas. Tenía en mi cabeza a todo el país, a toda la gente que me ayudó”, se sinceró Molinas, que sueña con la profesionalización de la disciplina.
A puro pulmón
A la par de entrenar, Karina es contadora pública y labura particularmente. “Renuncié a tener un horario fijo, de mañana trabajo, después entreno, salgo de mi empleo y vuelvo a practicar de noche. Todo es a pulmón”, finalizó la guerrera.