Guaraní fue uno de los equipos que eligió realizar su pretemporada en el interior del país para alejarse del barullo de la capital pero al final dos de sus jugadores hicieron bochinche en plena concentración.
Según las informaciones de periodistas que cubren las actividades diarias del Indio, Raúl Bobadilla y Daniel Villalva se portaron mal en Ciudad del Este metiendo en el hotel algo de afuera y, al enterarse el entrenador Fernando Jubero, fueron separados inmediatamente de los trabajos de descuereo del plantel principal.
Este rumor ya había surgido el viernes por la noche y si el río suena, es porque piedras trae.
“Dos futbolistas quebrantaron la disciplina de la concentración y fueron apartados”, tiró el comunicador Víctor Sostoa vía Twitter.
Sin mayores detalles sobre el incidente, se especula con una posible rescisión de contrato a los cabezudos. En el caso del Tanque, que regresó de su préstamo al Fluminense, en principio no iba a ser tenido luego en cuenta por el Míster pero al final con la ida de Alfio Oviedo a Cerro Porteño, le sobró un lugar en la Toldería para quedarse a recuperar su mejor versión aprovechando que aún tiene vínculo vigente por seis meses.
Sin embargo, ante este polémico caso, la situación cambió completamente porque el Aborigen, amparado en el acto de indisciplina, buscaría rajar al experimentado delantero de 34 años, mientras que este también tendría como defenderse porque supuestamente le deben salarios.
Al Keko, con el que no hay una relación gastada como la de Bobadilla, le darían un nambi jetirá pero continuaría chutando por Dos Bocas.
Hasta ahora la directiva aurinegra se ha llamado a silencio sobre lo ocurrido en el Este y se espera por la versión oficial del club.