Increíble pero cierto, la semana pasada en un cotejo del campeonato de la Liga Villetana, dos futbolistas salieron fracturados de la cancha pero lo más insólito del caso es que se trataba de hermanos.
Elio (27 años) y Francisco Javier (33) Mongelós, ambos del Primero de Mayo, se rompieron la tibia y peroné, el primero con desplazamiento del hueso, durante el partido contra Libertad. Su equipo estaba abajo en el marcador 2-0, ellos ingresaron en el segundo tiempo e igualaron 2-2 con un tanto de Elio, que se desempeña como delantero.
Más o menos a los 5 de la complementaria Francisco trancó contra un adversario y se llevó la peor parte retirándose herido en la pierna izquierda y unos 35 minutos después le tocó el turno al menor, cuando el rival pateó la pelota y de paso le agarró la pierna derecha.
Para los machucados fueron infracciones sin intención y más que nada le echaron la culpa al estado del campo del club contrincante. “Realmente nosotros calificamos como accidente porque la cancha no estaba en condiciones para que se juegue. Estaba clausurada luego y hace dos fechas mandaron habilitar. Ese fue el factor de las múltiples faltas y en nuestro caso de las fracturas”, indicó a EXTRA Elio.
Ese mismo día los dos, que son asegurados del IPS, acudieron para ser socorridos y solo les colocaron yeso cuando que necesitaban ser operados cuanto antes. Luego de más de una semana consiguieron turno para esta mañana y, cuando llegaron al hospital, les dijeron que el cirujano dio positivo al COVID. “Nos fuimos al pedo, estamos gestionando para ver si nos hacen caso y el viernes nos operan”, contó.
Parados
Las inoportunas lesiones no solo les afecta en lo deportivo sino que en sus trabajos particulares, donde cobrarán menos de lo habitual mientras estén con reposo. “Mi hermano labura en una empresa que se dedica en la fabricación de asfalto y yo en una aceitera. Somos los únicos que trabajábamos en la casa, éramos el sostén de la familia prácticamente y ahora vamos a tener muchos gastos, después tenemos que hacer fisioterapia y nos va a forzar un poco”, lamentó.
Para darles una mano en lo económico, el Primero de Mayo empezó a organizar pancheadas, rifas, ere eréa. “Eso nos da tranquilidad porque ellos no nos dejan de lado, están con nosotros al pie del cañón. Los dirigentes llaman todos los días, de ese lado no nos podemos quejar ni un poquito”, valoró.
Los muchachos de Libertad que protagonizaron las jugadas desafortunadas también se pusieron a las órdenes de los Mongelos. “Edgar Venialgo, el que le hizo la falta a mi hermano, se comprometió a pagarle la fisioterapia y Oliver Bogado, el que me fracturó, me trajo víveres. No hubo mala leche, como se dice”, remarcó.