Los azulgranas festejan el tanto de Alonso, que terminó clasificando a Cerro Porteño a octavos de final de la Copa Libertadores. La alegría fue total cuando el árbitro marcó el final del encuentro. El público cerrista escuchó el pedido de Gustavo Morínigo, DT del Ciclón, y tiñó de azulgrana las gradas del Defensores del Chaco en una noche de locos, donde el Ciclón tuvo una primera etapa de alto vuelo, pero un segundo capítulo para el olvido, que dejó muchísimas dudas mirando la siguiente fase de la Copa Libertadores.
Cerro Porteño tenía un solo camino para seguir en carrera y cumplió. Inició el juego con una presión alta, con perros de caza incansables como Santana, Riveros y los Rojas (Rodrigo y Jorge). Eso sí, faltó claridad y esa falencia tuvo cerca del infarto a muchos hinchas que tuvieron que rezar hasta el pitazo final del árbitro, pese a que Santa Fe estaba con dos hombres menos a esa altura del cotejo.
El héroe; un “alemán”
A los 13’, el estadio estalló con el tanto de Valdez, pero todo quedó en la nada por un offside. Cinco minutos después Balanta tuvo que ir a las duchas por doble amarilla. Pero esas gargantas cerristas se quitaron las ganas de gritar a los 33 minutos, a través de un héroe inesperado.
Alonso recogió un rebote y activó un misil con su zurda que dejó pagando la floja estirada de Zapata. Delirio azulgrana en Sajonia. Mina pecó de inocente y se fue por roja directa a los 58’. Expediente liquidado pensaron los anfitriones. Pero Cerro Porteño no fue el mismo en el segundo tiempo y clasificó a octavos de final sufriendo más de la cuenta.