Lejos de su mejor versión, Olimpia igualó en casa ante un guapo Matarife que supo complicarle la vida. Escobar fue la figura de la noche. En una noche donde los arqueros se lucieron en sus porterías, Olimpia y General Caballero no pasaron del empate a cero en Para Uno. La Franja Negra sumó su segundo empate sin marcar y cada vez es más notoria la carencia de un goleador como Roque Santa Cruz.
El Decano arrancó inspirado y apretó al Matarife en contra de su arco, intentando romper la paridad de forma tempranera, pero se toparon con una inspirada noche del golero visitante, Rubén Escobar, quien se encargó de acallar el grito sagrado en varias ocasiones. Una doble tijera de Maurito Caballero fue una de las tantas ocasiones de peligro que generó la “O” en la primera fracción.
El Rojo Matarife se dedicó a encerrarse en su área y apelar a las salidas rápidas de sus volantes para inquietar a Diego Barreto, quien en ocasiones tuvo que extremar recursos para mantener su arco en cero. José Ñamandú tuvo la más clara para la visita.
El delantero dribló a Barreto en el área pero trastrabilló frente al arco y no pudo dar la puntada final. El segundo tiempo fue calcado a lo que sucedió en la primera parte. Olimpia arremetía con todo su poderío el arco del rival, pero sin poder concretar las innumerables situaciones creadas. Maurito Caballero no tuvo una buena noche y recibió sus primera críticas de parte de la afición.
Grito ahogado
La polémica se instaló en el minuto 54; el delantero Orlen Quintero marcó un gol luego de sendos rebotes dentro del área franjeada, pero el árbitro de fondo cobró una dudosa mano previa de José Ñamandú y le privó del festejo a los zeballenses.
El dominio del “Rey” continuó a lo largo del partido, sin embargo era imposible quebrar la muralla llamada Rubén Escobar. La ausencia de William Mendieta sacó a la luz las falencias a la hora de la creación en Olimpia y tuvo que conformarse con la igualdad. Ahora, Jubero deberá remplantearse varias cosas para el choque del fin de semana ante River Plate. Mientras, el General se aferra a la permanencia.