Miró su reloj y ya eran las 20:30. Su corazón se estaba comenzando a partir en dos. Por un lado, estaba el compromiso de oficiar una boda, por el otro, la cita con su otra pasión: Cerro Porteño.
El pa’i Albino Gayozo recuerda que apúrope terminó con el protocolo. “Los novios se atrasaron y comencé a rezar para que vengan más temprano, fue todo un tema, pero llegaron y celebré la boda”, contó a EXTRA el administrador de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de Pedro Juan Caballero.
Unos amigos lo invitaron a ver el partido sabiendo de su amor por los colores. “Cuando llegué me encontré con la sorpresa de que estábamos jugando con uno menos y que perdíamos uno a cero, pero eso sí nunca perdí la esperanza. En el segundo tiempo ya no me senté”, comentó Gayozo.
El dueño de casa tenía instalado el circuito cerrado donde se vio cómo el sacerdote festejó el gol de Juan Patiño.
Albino se sumó así a los miles de hinchas que vibraron con el final de locura.
Herencia
Lo primero es servir a Dios luego ya viene el azulgrana, así lo reconoció el religioso. “El fanatismo lo llevo en la sangre. En mi familia hay diversidad porque mi papá es hincha de guaraní, mis hermanas de Olimpia y fue mi mamá la que me enseñó a quererle a Cerro”, explicó.
La pieza del pa’i está llena de cosas con los colores del Club del Pueblo que ña Ramona, su madre, a menudo decora.
“Como todo cerrista nunca abandoné y feliz por Chiqui Arce porque él se lo merecía”, expresó.