Nada de locura, de descontrol, nada de Ciclón dentro del campo de juego. Pero sí aplomo, sensatez y mucha practicidad. Ese fue el semblante de Cerro Porteño anoche en el Defensores del Chaco, para anotarse entre los cuatro mejores equipos de la Copa Sudamericana 2016, por segunda vez en su historia.
El miedo escénico inicial generó cierta preocupación, pero un oportunismo de Cecilio Domínguez, el iluminado de la noche, hizo que el equipo paraguayo torciera la historia a su favor. Y eso que Antony tuvo que agigantar su figura, en dos ocasiones, para evitar que el DIM dé el primer golpe.
A los 33’, Cecilio clavó un testazo que pidió permiso para luego colarse en el techo del arco de David González. El propio Domínguez anotó el segundo, pero el cuarteto arbitral se equivocó al anular por supuesto offside.
La expulsión de Caicedo facilitó las cosas a Cerro Porteño, que bajó la persiana con un penal de su N° 10 a los 72’. Luego ya fue mero trámite. La fiesta, mesurada por cierto, fue completa. Ahora el Ciclón espera en semifinales por el vencedor de la llave entre Atlético Nacional-Coritiba.