El Manuel Ferreira vistió sus mejores galas en homenaje a su cincuentenario. Antes del inicio del juego, Para Uno quedó a oscuras y los fuegos artifiales hicieron su parte, para poner la emoción de los franjeados a tope.
De repente se hizo la luz y los jugadores santanianos aparecieron con sus madres y con un ramo de flores en la mano para realzar el festejo. Pero, con el pitazo inicial se volvieron a “apagar” las luces, esta vez de los protagonistas, que no hicieron mucho por evitar un juego chato y casi sin oportunidades de gol en la primera etapa.
Una gran fiesta
El entrenador decano Francisco Arce comenzó a mover las piezas en la complementaria y el equipo empezó a levantar vuelo. A los 50', Cristhian Ovelar demostró su olfato goleador y aprovechó un centro de Jorge Salinas, para decretar el primer grito sagrado del local con un certero cabezazo.
La alegría duró poco. Blas Díaz se internó en el área franjeada y, con guapeza, generó una gran acción que terminó con la anotación de Rodrigo Teixeira, que devolvió la paridad en el marcador a los 52'. Olimpia comenzó a gustar y a convencer a partir del ingreso de Willian Mendieta, quien se encargó de ser el maestro de orquesta desde el momento en que pisó el césped, en lugar de Candia.
Y justamente, una obra maestra de “Willi” llegó a los pies de Fredy Bareiro, quien no perdonó y definió con mucha convicción para desatar la algarabía en el Manuel Ferreira y seguir con la gran fiesta olimpista en la “Cuna de Glorias”.