El fútbol luso ha sido sacudido en los últimos días por casos de corrupción vinculados a uno de los clubes más poderosos del país de Cristiano Ronaldo, el Benfica.
Las Águilas son acusados de intentar arreglar resultados de los partidos de Liga; y lo más llamativo, de sobornar a los soplapitos con prostitutas. Todo esto salió a la luz debido a filtraciones de correos electrónicos a los que bautizaron como E-toupeira (topo de correos electrónicos).
Según la prensa lusitana, en los mails están especificados los montos que cobraban las damas de compañía, que iban desde G. 1.350.000 por cada cliente o hasta G. 2.700.000 si eran tríos. Incluso les habrían pagado hoteles de cinco estrellas a los árbitros para que los mismos reciban su lujuriosa recompensa.
El principal sindicado por la fiscalía portuguesa es Paulo Gonçalves, exasesor legal del Benfica, que entre el 2013 y 2014 intercambiaba los correos revelados con Nuno Cabral, exdelegado de la Liga Portuguesa de fútbol. Al Benfica lo encausaron con un total de 79 presuntos delitos por falsedad informática, violación de secreto y corrupción activa. Piden penas para el equipo de entre seis meses hasta 3 años fuera de las competiciones oficiales.
Una tibia defensa
Mediante un comunicado, el exclub de Tacuara Cardozo manifestó su descargo a la opinión pública. “Mantenemos una posición firme y clara, la que anunciamos al comienzo de esta historia; no hay hechos que puedan justificar ninguna acusación en este proceso. Haremos todo lo posible para eliminar estos cargos absurdos e injustificados”.