Tenía como estilo de vida la solidaridad y en sus venas corría el amor al prójimo. Tal era la esencia de Fernando Javier Britos González, quien en un acto de amor puro se convirtió en salvador de vidas.
El exárbitro de la APF sufrió un grave accidente el pasado 18 de diciembre en el km 18 en zona de Capiatá. “Él volvía de una cena de trabajo sobre su moto, le encantaban las motos, cuando aparentemente una furgoneta lo desestabilizó, con el impacto salió despedido el casco de protección y llevó su cabeza por el cordón”, contó su hermano Rodney a EXTRA. Ingresó a IPS y luego la familia recibió la peor noticia.
“Él tuvo una muerte cerebral a consecuencia de este accidente, es lo que los doctores llaman muerte neurológica cuando él ya no va a tener posibilidad de seguir con vida sin el respirador”, explicó. Los médicos sugirieron a la familia la posibilidad de que Fernando deje un legado especial en la tierra.
“Nos reunimos como familia y mis papás decidieron donar sus órganos”, señaló. Fue la decisión más difícil que los Britos González han tenido en la vida, pero Rodney asegura que tras dar el paso sintieron mucha paz espiritual.
“Como que cumplimos también con él y con Dios, es como un peso menos porque sabemos que cumplimos su voluntad. Es algo muy hermoso saber que otras personas están recibiendo vida y que mi hermano está dentro de otras personas”, expresó. Los órganos de Fernando ayudaron a 10 personas.
“Ellos utilizaron el corazón, los riñones, las córneas, y tejidos óseos, partes del hueso de las piernas”, detalló el familiar. Fue un joven de 15 años el que fue beneficiado con el corazón del exsoplapitos.
Rodney lo recuerda como un hombre humilde y servicial. “Él se pasaba organizando pancheadas, hamburgueseadas para sus amigos, para gente de escasos recursos, era muy activo”, describió.
En medio del inmenso dolor, los familiares aseguran que de algún modo Fernando sigue ayudando, ese es el don que se ganó el cariño de muchísima gente.
