El planeta fútbol estaba aguardando con mucha expectativa la propuesta de ayer entre las selecciones de mayor renombre de esta parte del continente: Argentina y Brasil, en el considerado clásico sudamericano. La cita era en el Monumental de Núñez (estadio de River Plate), pero una visita inesperada “aguó” la gran fiesta del deporte rey que prometía estar imperdible.
Un diluvio castigó duramente el campo de juego del Antonio Vespucio Liberti. Llovió tanto que en un momento el Monumental parecía un enorme pantano. Y con vientito de por medio se generaban pequeñas olas en la cancha. El agua cruzó las líneas de cal y se metió inclusive hasta las instalaciones del estadio. En medio del suspenso de si se jugaba o no, el árbitro paraguayo Antonio Arias realizó el previo recorrido de rutina.
Junto a sus asistentes, llegó a la conclusión de que era imposible realizar la práctica del fútbol en esas condiciones. La disputa del clásico sudamericano por la tercera fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Rusia será 24 horas después, es decir, desde las 21:00 de esta noche.
Nervios mojados
A raíz de la suspensión, tanto el plantel de Gerardo Martino como el de Dunga activaron en las instalaciones de River Plate con la temática: “A mal tiempo, buena cara”. De esta manera, hoy tendremos una previa de lujo antes del juego de la Albirroja.