Ayer en horas de la mañana con su arribo a tierra guaraní se acabó la odisea de José Ariel López, el futbolista paraguayo que quedó atrapado por unos cuantos días en Ucrania en medio de la guerra iniciada por Rusia.
El compatriota salió el sábado de la ciudad de Odesa vía terrestre hasta Rumania, de ahí agarró un vuelo a Dubái y luego hizo escala en São Paulo para finalmente llegar al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi de Luque. “Fue un viaje largo sinceramente pero gracias a Dios estoy feliz de estar alrededor de mis seres queridos, eso es único para mí. Ya pasó el tormento y ahora a disfrutar de la familia”, expresó a EXTRA y otros medios.
El oriundo de Acahay agradeció la asistencia de la Cancillería Nacional y también el respaldo de la gente que se preocupó por él. “Ya sabía dónde estaba parado, entonces traté de mantener la calma, lo más importante es que tuve apoyo con oraciones de muchos compatriotas”, valoró.
Su experiencia con el conflicto bélico fue afortunadamente lejana porque no estaba en la zona hendy de Ucrania. “El miércoles pasado escuchamos ruidos de bombardeos pero no he visto nada fuera de lugar”, mencionó.
Aunque se quedó sin club y todavía no le llegaron propuestas rescata que volvió sano y salvo como para contar la historia. “El lado positivo es que estoy bien y de aquí en adelante voy a buscar nuevos horizontes”, dijo.
Esperado abrazo
Luego de atender a la prensa, José Ariel se fundió en un abrazo interminable con don Carmelo, su padre. Ambos terminaron con los ojos llorosos por la emoción del reencuentro tras un mes sin verse y todo el drama que vivieron en estos días. También estuvieron en la bienvenida sus abuelos, tías y primos, ere eréa que lo apapacharon mucho.