Casi como tocando el cielo con las manos, sintió un cosquilleo en el estómago muy difícil de describir.
Esa sensación fue la que envolvió a Teo Urbieta sentado en su silla de ruedas y a 2.430 metros sobre el nivel del mar.
“¡La limitación de no caminar, no cuenta cuando te encontrás con amigos como estos, que me ayudan a superar todo tipo de barreras físicas y así poder cumplir mi sueño de conocer una de las 7 maravillas del mundo!”, posteó el abogado en sus redes sociales.
Teo, conocido por su fanatismo hacia el club de Barrio Obrero, posó con la piel azulgrana en lo alto de las ruinas de Machu Picchu, en Perú.
Acostumbrado a viajar y recorrer el mundo, el activista social lleva consigo la casaca roja y azul donde quiera que vaya.
La hazaña, como bien ya lo explicó, fue posible gracias a varios amigos que le hicieron el aguante todo el tiempo.
Ayudaron a Teo a subir los interminables escalones, casi llevándolo en andas.
Urbieta actualmente es el subcoordinador de la comisión Cerro Inclusivo, donde busca fomentar la participación de personas con discapacidad en todo tipo de eventos deportivos.
Es por ello que resaltó el valor de lograr la hazaña de llegar tan alto a pesar de estar en silla de ruedas.
Maravillado
Teo describió todo aquello que le llamó la atención de Cusco, la ciudad peruana donde se asienta el Machu Picchu.
“No existe persona más amable y generosa que la cusqueña. Obviamente empezando por mis amigos. Todo el rato el cielo está nublado, sin embargo el sol quema. Para evitar esa sensación de ahogo es fundamental tomar té de coca o mascar la coca”, contó.