El que tiene plata hace lo que quiere he’i voi ningo y en China se dio un caso muy kachiãi que es el ejemplo perfecto de esta expresión. Un platudo decidió comprar un club de la segunda división.
Puede que la idea haya sido sacarlo del fondo de la tabla ya que está último y solo consiguió un punto de los 15 posibles, pero las decisiones que tomó no hicieron otra cosa que hundirlo más. Se trata de He Shuhya, quien saltó a la fama después de adquirir al Zibo Cuju.
De entrada ya luego no le gustó cómo jugaban sus pupilos, entonces decidió él mismo resolver el asunto. Se puso la dorsal 10 y entró a jugar. No le fue taaann bien que digamos porque oñembo Messi gua’u y al final fue puro lata pararã. El fin de semana decidió probar otra fórmula que sorprendió aún más a la directiva.
Shuhya, le ordenó al técnico Hongui Huang que metiera de titular a su hijo para que le de una mano al equipo. Todos pensarían que es un CR7 en potencia pero… no. Al saltar al campo de juego todos lo miraron con cara de sorprendidos porque no vieron a un atlético joven sino a un muchacho algo pasadito de calorías y con ¡126 kilos!.
El gordito apenas pudo correr anga, pero al menos puso actitud. Lo cierto es que el Zibo Cuju sigue último en la clasificación (1 punto) con un balance de dos goles a favor y 10 en contra.