“¡Y dale, loco. Dale, dale, loco!”, gritaba la hinchada franjeada cada vez que la figura de Gabriel González hacía su aparición en la cancha. El “Loco” es uno de los máximos ídolos de la parcialidad olimpera. Su momento cumbre llegó en 1990, cuando se consagró campeón de la Copa Libertadores de América con el “Expreso decano”.
A base de sus talentosas “locuras” y tremendos golazos, supo ganarse el cariño de los simpatizantes de la franja negra, un afecto que hasta hoy perdura. Pero en el presente ocurre algo muy curioso. Gabriel, a pesar de estar muy identificado con la entidad de Para Uno, reveló que en la actualidad casi no sigue la campaña del equipo de sus amores.
El exfutbolista palpita de forma muy tibia un nuevo capítulo del clásico del fútbol paraguayo. “No suelo ver los partidos (de Olimpia), no puedo opinar mucho del equipo por eso. Desde que dejé el fútbol profesional, me desvinculé de todo. Lo que más recuerdo de los clásicos en mi época de jugador es que la mayoría los ganamos nosotros. Un clásico es muy distinto a los otros partidos. Ahora, los dos equipos llegan muy bien. Uno está puntero y el otro levantó cabeza y está mejor”, comentó a EXTRA.
¿Qué cómo tomó el hecho de que un exjugador y exentrenador de Cerro Porteño sea ahora DT de Olimpia? Pues la noticia no le cayó para nada bien. “No me gustó. No le veo sincero a Chiqui Arce, solo por eso. No me gustó ni ahí, ni a pesar de los buenos resultados. El DT tiene que ser alguien identificado con Olimpia. A partir de ahí (su llegada a Olimpia) mucho menos miro los partidos”, aseguró el “Loco”.
El desacuerdo de González coincide con el del exfutbolista Rafael Bobadilla, otra de las leyendas vivientes del Decano. “No le podés contratar a tu enemigo. Se perdió la historia y la tradición. Olimpia debe ser dirigido por un olimpista”, afirmó “Rafagol” a mediados de marzo, tras el desembarco del Chiqui a Para Uno.
Volviendo al partido del domingo ante el archirrival, el “Loco” González afirmó que es un duelo que todo futbolista sueña disputar. “El clásico se vive de una manera muy especial porque todos quieren jugarlo, pero solamente los privilegiados pueden disputar ese partido. Si perdés ese compromiso, la gente te va a cuestionar. Si ganás, se salva por lo menos el semestre”, opinó el “Loco”.