Como hacía con los tiros libres en su época de jugador, José Luis Chilavert omyandy hese, pero esta vez no fue hacia la portería rival, sino contra la Conmebol, por las supuestas irregularidades de la casa matriz del fútbol sudamericano que es presidida por el paraguayo Alejandro Domínguez.
“Qué vergüenza sancionar, justo antes del partido, a los DT de Boca y River, pero sí permitir al presidente de Perú, Edwin Oviedo, que está acusado de 2 homicidios, seguir en el cargo. Son tan corruptos, licitaron para canal abierto la Copa Libertadores y la Sudamericana y le dan a Facebook”, tiroteó el exgolero guaraní desde su Twitter.
Volvió a calificar a la Conmebol como un “antro de la corrupción” luego del castigo de no poder dirigir que la matriz aplicó a Marcelo Gallardo, DT de River Plate y a Guillermo Barros Schelotto, DT de Boca Juniors. El Chila tomó la situación como una ayuda a los equipos brasileños.
Enojo de brasileños
Pero al presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, le apareció un drama mucho mayor que los ataques de José Luis. La directiva de Gremio, que perdió en casa 2-1 ante el Millonario y se despidió de la Copa Libertadores, presentó una protesta formal pidiendo los puntos. Gallardo, que estaba suspendido, no solo utilizó un walkie talkie para comunicarse con el banco de suplentes, sino que bajó a los vestuarios a charlar con sus pupilos en el entretiempo, algo que tenía prohibido.
Domínguez respondió en su Twitter o más bien le quitó la nalga a la jeringa: “Gremio, como cualquier club, siempre será bienvenido en la Presidencia de la Conmebol, pero cualquier reclamo debe ser presentado ante la Unidad Disciplinaria en tiempos y forma contemplados por el reglamento y será potestad exclusiva del Tribunal de Disciplina”, escribió.
Medios de comunicación del vecino país aseguraron que Ronildo Bosan, presi de Gremio, habría planteado a otros directivos el retiro de los brasileños de la Copa.