Uno de los ídolos del club Cerro Porteño, César Ramírez, contó abiertamente después de 12 años de haber colgado los botines algunas de sus andanzas de cuando chutaba profesionalmente.
El exdelantero del Ciclón se retiró a los 33 años y fue porque el bichito ya no le picaba más. “Decidí dejar el fútbol cuando me di cuenta de que ya no quería ir a entrenar, esa rutina ya no quería. Y decidí dejarlo en ese momento. Es mejor dejar vos al fútbol que el fútbol te deje primero”, explicó y agregó: “Del fútbol, les soy sincero, lo único que extraño es cuando llegaba fin de mes para cobrar (risas)”, dijo a Unión FC (800 AM).
En 15 años de carrera pasando por Cerro Corá, Cerro Porteño, Sporting de Lisboa, Vélez, Flamengo y la Albirroja, el Tigre reconoció que nunca se le quitó ese espíritu rebelde respecto al cuidado personal. “Ningún DT me pudo sacar lo de jugador cachafaz. Disfruté de todo lo que hice. Cuando sos joven uno no ve el tema de la madurez, al crecer uno piensa que podría haber llegado más lejos, pero no me arrepiento de nada porque viví la vida como quise vivir”, aseguró.
Farristas pero cumplidores
Cometiendo sincericido, Ramírez mandó al frente a uno de sus excompañeros azulgranas para ejemplificar cómo antes los futbolistas tenían más libertades para “portarse mal” y no ser escrachados. “Admiré mucho a Mario Grana futbolista, pero encima de eso admiraba su capacidad de salir a farrear y entrenar al día siguiente como si hubiese dormido a las 7 de la tarde. En mi época si había redes sociales nos íbamos todos a la p…”, soltó.
Aunque reveló que en su tiempo había indisciplina, el gobernador de Canindeyú se sintió con la autoridad de cañear al actual plantel de Cerro. “Ahora lo que no se ve, o por lo menos no se nota, es aquel compromiso que había antes en Cerro Porteño. Éramos un grupo y si íbamos de joda era todos juntos, pero también cada domingo poníamos todo en la cancha”, recordó.