Grita los goles como si fuera su debut con las redes. Observa hacia el Norte y besa el escudo de su camiseta azulgrana. Con los brazos le pide a su gente que siga alentando y cuando no le pasan la pelota, se enoja mucho. Daniel Güiza es un feliz en la “capital del sentimiento”.
El españolísimo llegó a Paraguay en 2013 en busca de nuevas sensaciones. Le había llamado la atención la pasión con la que viven los hinchas sudamericanos y Cerro Porteño fue el lugar escogido para saciar la intriga del “gitano”.
“Cuando me propusieron venir a Paraguay acepté confiado. Entre otras cosas me intrigaba eso de la pasión del aficionado sudamericano. Yo buscaba cosas así como motivación. La hinchada de Cerro es impresionante y eso me hace sentir vivo”, dijo el delantero en una entrevista al sitio FIFA.com.
El Pichichi 2008 del futbol español recorrió mucho como pelotero. Comenzó en el fútbol de su país, fue al fútbol turco, también estuvo por Malasia.
Asegura que lo único que busca con todo esto es ser feliz, y en barrio Obrero encontró su lugar. “Sigo en Cerro Porteño porque soy feliz. Esa felicidad es la que me ayuda a seguir jugando al fútbol”, aseguro el atacante.
Se retira con el tereré
El gitano es un paraguayo más. Ya se le hizo costumbre tomar tereré todas las mañanas con sus compañeros. También cuenta que gracias a los muchachos, su adaptación resultó más fácil e incluso le gusta la idea que la azulgrana sea la última camiseta que vista como profesional.
“Estoy viviendo cosas lindas porque este es un club grande. Quizás hasta me
retire aquí", lanzó el goleador. ¡Güi-Güi!