Julio Báez (39) tuvo una insólita forma de protestar por la falta de medicamentos y presunta mala atención del personal en el Hospital Regional de Capiatá.
La noche del sábado, el señor se escapó del nosocomio con suero y todo y se fue a la casa de la intendenta de la ciudad, Laura Gamarra, a reclamar la situación, debido a que ella es la cabeza del Consejo Local de Salud y debía velar para que cosas así no pasen.
Don Julio contó a EXTRA que, en la tarde del sábado, tuvo un dolor insoportable de abdomen, en su casa de Posta Ybycuá, Capiatá. Sus hijos, de 9 y 15 años, le pidieron socorro a un vecino, quien le alzó en su auto y lo llevó al hospital.
En urgencias, los doctores dijeron que posiblemente había que operarlo. Sin embargo, el primer problema fue que no había una máquina para la ecografía y que debía hacerse los estudios en otro lugar.
Le recetaron Dipirona ampollas o Ketorolaco, pero le dijeron que no tenían y que debía comprar. Del apuro, don Julio no llevó plata y su vecino tuvo que pagar por los remedios, lo que hizo que el paciente protestara y ahí un enfermero consiguió los medicamentos.
Luego, dejaron los medicamentos que compró para reponer lo usado.
El paciente aseguró que una doctora le dijo cuando le reclamó por la falta de remedios “andá a quejarte al director y no a mí”. Añadió, que fue a la casa de la intendenta, pero no la encontró, por eso se acostó en la vereda en protesta por una hora.
EXTRA intentó tener la versión de jefa comunal, pero su celular (0983) 274... daba apagado.
LA RECETA
El señor dijo que protestó, a pesar del dolor que sentía, pensando en el ciudadano común al que cada guaraní le sirve. “No es posible que no tengan Dipirona o Ketorolaco y que haya que comprar. Molesta que las autoridades que tienen que ver que no ocurra esto en los hospitales vivan como reyes”, dijo