“Estoy feliz de volver a mi país”, declaró Cynthia Tarragó (42) al llegar al aeropuerto Silvio Pettirossi. Llamó la atención su nuevo look, atrás quedó su cabellera dorada, había sido tenía rulos y su pelo es oscuro.
A pesar de que tenía un tapabocas y los ojos hinchados, se la notó de buen ánimo.
“Estoy en mi país, cómo no voy a estar segura”, declaró, cuando se le preguntó si dejaría el Paraguay.
Chuleó las preguntas sobre el caso de lavado de dinero por el cual ligó una condena de 33 meses tras declararse culpable.
“Les pido que me tengan un poco de paciencia, me imagino que tienen muchas preguntas. Yo también tengo muchas respuestas que darles, estoy muy contenta”, dijo y se excusó diciendo que su familia le esperaba luego de mucho tiempo.
Luego gritó de la emoción en el aeropuerto al ver a su hijo, quien ya es un adolescente.
También estuvo presente el periodista televisivo Roberto Pérez, exesposo de la política colorada y padre de su hijo.
El 21 de noviembre del 2019 Tarragó voló a los Estados Unidos en compañía del alemán Raimundo Va, su tercer marido.
Hacía menos de dos años que se habían casado en el lujoso Trump International Beach Resort, de Miami, donde ayer la habitación más barata aparecía a un precio de 360 dólares y la más cara, en torno a los 2.000 dólares la noche.
Esta vez, Cinthya dijo que no podía hablar de su marido y que no sabía el paradero del mismo. Alegó una disposición judicial que les prohíbe contactar. El misterioso Raimundo -generalmente presentado como un exitoso empresario- ligó la misma pena que la exdiputada cartista, por lavado de dinero.
Antes de salir del país, Tarragó había anunciado su candidatura a intendente de Asunción. “Vuelve la fuerza renovadora que va a cambiar Asunción”, declaró la expronosticadora del clima.
El viernes, a Cynthia también la recibió un grupo de policías y militares, que la estuvieron resguardando, según los cronistas que vieron el recibimiento.
A pesar de la bienvenida que le dieron los uniformados la exlegisladora no tiene causas judiciales abiertas en Paraguay, por lo que está libre y -en la hipótesis de que quisiera- podría eventualmente volver a candidatarse a un cargo electivo, aunque no dentro del Partido Colorado.
Tarragó es una de las pocas personas expulsadas del padrón colorado. En su caso, fue sacada del registro colorado en menos de dos meses de haber sido detenida en Estados Unidos, mientras varios de sus correlís, con condena y todo, siguen en los padrones sin problema.
La Tarragó fue totalmente marginada por parte de sus antiguos excompañeros de la política. Ninguno de los políticos que eran sus compañeros de movimiento se animaron a saludarla públicamente.
La pieza que todavía queda suelta en este caso es Rodrigo Alvarenga Paredes, el tercer implicado que aparece como organizador del esquema del lavado, pero sigue prófugo.