A la situación de violencia reiterada en la que se encuentra la víctima de violencia basada en género, doméstica e intrafamiliar, se le denomina círculo o ciclo de violencia.
Este ciclo tiene tres fases; reconocerlas te puede ayudar a salvar tu vida o la de una amiga, vecina, compañera.
El Ministerio de la Mujer recordó cómo funciona el ciclo de violencia.
Fase 1: “De acumulación de tensión”. Cuando se suceden episodios, algunos pequeños, como roces permanentes que se van naturalizando en la pareja. Esta fase puede durar años.
Fase 2: “De explosión, el golpe”: esta es la etapa donde la mujer enfrenta el golpe, hay empujones contra la pared o muebles y decide denunciar, llama al 911 o al 137, llama a su hermana/o, amigas/os, pide ayuda. La violencia física es un detonante. Hay que asistir, proteger y ponerle fin a la condición de violencia, solicitando ayuda en las instituciones que asisten a las víctimas.
Fase 3: “De luna de miel”. tras la intervención policial, fiscal y judicial se produce el “arrepentimiento” de agresor. La mujer lo perdona, cree en él una vez más, cree que va cambiar, que ella es la culpable de lo que pasó, que la Fiscalía y Policía “pusieron mal lo que dijo” y lo perdona finalmente.
El miedo
“Las víctimas muchas veces lloran cuando saben que no pueden retirar la denuncia, entonces se retractan, pueden volver a declarar o no comparecen a las citaciones del Ministerio Público ni del Poder Judicial, salen a defenderlo públicamente por las redes, diciendo que no es su caso, y que les pasa a otras mujeres, y así el ciclo vuelve a empezar”, indican desde la cartera de Estado.
Lamentan que de esta forma, la violencia se transforma en algo habitual, “se naturaliza”.
“Por eso, es muy importante detectar las señales y ofrecer ayuda, la víctima permanece con su agresor, aunque no quiera estar allí, porque no puede salir del círculo o ciclo de la violencia”, aseguran.
Estas fases no necesariamente son lineales y estables, y el periodo de tiempo en que se manifiestan varía, pudiendo darse en lapsos muy cortos. Considerar que aun cuando la mujer haya solicitado ayuda y se encuentre dentro de un sistema de protección, un albergue transitorio o con medidas de protección, no significa que el ciclo se haya cortado, por lo que es indispensable dar seguimiento al proceso.
“Es importante no juzgar”
La viceministra de Protección de los Derechos de las Mujeres, Silvia Blasco, señaló a EXTRA que de ser testigos de violencia, es importante denunciar. Pero también acompañar a la víctima, que no siempre está preparada para salir del círculo.
“Si son nuestras amigas, podemos invitarlas a ir a visitar a las psicólogas que tenemos en el Ministerio de la Mujer y no juzgarlas. Solemos escuchar: ‘ella es masoquista luego’ y eso no es así’. Ningún ser humano le gusta ser violentado”, dijo.
Detalló que como Ministerio, ellos no reciben las denuncias en sí, pero brindan los canales para realizarlas con contactos con la Policía, la Fiscalía o los Juzgados.
La alta funcionaria detalló que por año reciben 2.000 llamadas, solo en el Servicio de Apoyo a la Mujer (SEDAMUR), Asunción.