Julián está sorteando uno de los momentos más difíciles de la relación de pareja: debe sobrevivir a su suegra y no sabe cómo. Conocé su historia y lo que le responde el psicólogo Ariel González:
Me llamo Julián. Estoy casado con mi señora hace cinco años. Nuestra relación siempre fue la mejor, nunca por ningún motivo tuvimos problemas. Nunca nos dormimos enojados, nada de eso.
Sobreprotectora
Mi señora viene de una familia sobreprotectora. Sus padres fueron los mejores con ella, pero la sobreprotegieron demasiado. Con decirte que cuando empezamos a ser novios fue todo un problema, porque su mamá no aceptaba que tenga novio a sus 23 años. Ahora ambos tenemos 30 años y como conté nos casamos hace cinco años.
Siempre fue difícil la situación con ella, pero se sobrellevaba porque su casa queda a una hora de la nuestra y no venía todos los días a nuestra casa.
Separada
Mi suegra es una mujer separada (hace unos años), y vivía sola en su casa. Y siempre venía a casa los fines de semana, pero llegó un día que ya venía todos los días. No sé qué le habrá pasado, pero conseguía la forma de venir.
Mi señora, sin preguntarme le dijo que se quede, que para que va a vivir sola en su casa, si es le podemos hacer compañía.
Me dijo entonces a mí que ella va a ayudar con los niños (tenemos uno de 4 años y otro de 2), y no pude decir más nada ahí porque ella ya decidió y le dijo. Creí que sería un tiempo nomás.
Mi suegra encantada dijo que sí, que un tiempo no le va a venir mal, pero se instaló luego ya y ya va a ser un año que está metida en nuestra casa.
Metida
Ahora no sé qué hacer con ella. No quiero quedar como el famoso “kuña’i”, pero me está por volver loco. Se mete en todo, controla todo, y hasta a mí me controla, que por qué vengo tarde, que si dejo la toalla tirada.
Revisa el baño cada vez que salgo, hasta vi una vez que me estaba revisando el celular. Ni si quiera intimidad puedo tener con mi señora porque ya le pillé una vez que se pone a escuchar en la puerta.
Es muy asfixiante y mi señora no entiende, dice que no le quiero a su mamá, que así también le estoy rechazando a ella y no sé qué hacer. Y soy sincero, no tengo carácter para enfrentarle.
Mis hijos tampoco están contentos porque ni pisar fuerte pueden, les reta si corren, si gritan, todo es mal humor. Mi señora me dice que debo aguantar, que ya tiene edad, pero yo ya no puedo más. ¿Qué hago?
La respuesta del licenciado Ariel González:
