13 oct. 2025

“Mi novio quiere que nos casen un pastor y un pa’i, es un caos”

Nancy comentó que no sabe cómo solucionar el drama porque su mamá se opone.

young bride and groom holding hands at park

Closeup shot of young bride and groom holding hands at park

Ilustración

Soy Nancy. Tengo 27 años. Desde que conocí a Juan hace casi tres años, siempre supimos que nuestra relación no iba a ser como cualquiera. Él es evangélico, yo soy católica.

Al principio eso no parecía un problema; nos respetábamos y compartíamos muchas cosas. Pero cuando empezó a hablarse de casarnos, la discusión sobre la iglesia se volvió real y todo un caos.

Juan me dijo, con su sonrisa tranquila que a veces me desespera, que le gustaría casarse “por las dos iglesias”. Yo le miré y no supe si reír o llorar. Él me explicaba que así, de alguna manera, nos comprometíamos ante Dios y ante nuestra familia de ambos lados.

Me parecía re lindo, en teoría, pero en la práctica el tema desató un sarambí con mi familia. Sobre todo con mi mamá y mis tías, que se re enojaron.

“Eso sería pecado”, me dijeron varias veces. “No se puede mezclar, hija, él tiene que decidirse, a la virgen no le va a gustar”, me dijo. mamá.

Me sentí atrapada porque quería honrar mi fe y también respetar la de él. Pero estoy igual entre la espada y la pared. Por un lado está mi amor por Juan y nuestras ganas de unirnos; por otro, la tradición y los consejos de mi familia, que siempre me enseñaron a ser fiel a nuestra fe.

Juan insistía con paciencia. Me decía que no quería problemas con mi familia, pero que tampoco quería renunciar a su fe. “Podemos casarnos primero en tu iglesia y después en la mía”, me propuso. Yo escuchaba y pensaba en los domingos en que iba a misa con mi mamá, en cómo me enseñaron a rezar y a respetar los sacramentos.

También pensaba en él, en su manera de orar, en sus canciones y reuniones de la iglesia evangélica, que por cierto mamá nunca supo que fui.

Solo hablan de eso

La situación se volvió el tema de conversación, tanto que me hartó, no quiero sentarme para nada más en la mesa.

Lo que más quiero es que nuestra boda sea un momento de amor, de respeto y de fe compartida. No sé cómo vamos a arreglar esto, no sé qué hacer, no sé qué camino tomar. No pienso dejarlo, pero me cuesta muchísimo tomar una decisión sin involucrar a mi mamá que es sagrada para mí. También están las críticas que sé que voy a recibir a full de parte de mi congregación y el pa’i si que me va a retar ¿Cómo soluciono esto, che diooos?

Psicóloga y sexóloga clínica.