Hola, soy Ana, tengo 12 años de casada con mi marido. Yo cumplí 40 y él 45. Somos del interior. Es el hombre más consentidor, más amoroso, más bueno y todo lo que quieras, pero agarró un vicio que no puede dejar. Ya probé de todas formas ayudarle con eso pero no puede. Siempre me dice que va a dejar, pero cae en lo mismo.
José juega baraja todas las noches con sus amigos. Se reúnen específicamente en la casa de uno de ellos y todos gastan su plata ahí. De repente viene con mucho dinero y luego al día siguiente pierde todito.
Yo ya no doy más, tengo miedo de que pierda todas las cosas que tenemos, porque ya me di cuenta de que desaparecieron objetos de valor.
Llega a las dos o tres de la mañana, algunas veces está borracho. Ayer lloré muchísimo y vino me abrazó y me pidió perdón de todas las formas, me dijo que quiere salir de eso, pero que no puede, pero tampoco quiere irse a un profesional.
Reconoce que es un problema, pero para él es muy difícil irse al psicólogo. Ahí es cuando yo ya me veo atada de pies y manos, porque yo no puedo ayudarle y él no está aceptando buscar ayuda.
Me dice que tiene que haber otra forma de poder dejar. Que le da mucha rabia, porque él es hombre y cómo él no va a poder dejar eso cuando él decide hacerlo.
Tenemos juntos dos hijos, uno de cinco y otro de 8. Los dos son varones. El de ocho ya entiende todo y se da cuenta.
Me suele preguntar por qué papá no puede quedarse por las noches, por qué sale tanto, por qué viene borracho, y yo no sé cómo explicarle a mi hijo que lo que hace su papá está mal, siendo que es su modelo a seguir, su héroe.
Escuela
Me falta plata para pagar cosas de la escuela de mis hijos, me falta plata para traer las cosas del súper, cuando le pido no tiene nunca, porque se va y tira todo ahí.
La otra vez fue el colmo. Mi nene de cinco se enfermó y necesitaba comprar un remedio de 130 mil. Era de noche, yo no tenía ese monto por mí. Le llamé muchísimo para que vaya a comprarme el medicamento y no había caso, estaba ya otra vez con su vicio. Estoy pensando en dejarle, le quiero a mi esposo, pero ya no puedo hacer nada por él.
La respuesta del licenciado Ángel Romero: