“Cuando lo que aprendiste en el cuartel te sirve hasta ahora”, comentó Carlos Troche al mostrar que él mismo se encarga de planchar las camisas que utiliza en el noticiero.
Furor causó el periodista al mostrar que es un arriero guapo.
“Tenía esa camisa para usarla a la siesta, noté que estaba un poco arrugada entonces me puse a hacer lo que sé y me gusta hacer”, comentó en charla con EXTRA. El comunicador destacó que no solo aprendió a planchar en el cuartel.
“Soy de la remesa 90, reserva 91 del cuerpo del ejército en Mariscal Estigarribia, Chaco Paraguayo. Serví a la patria como soldado raso. Uno aprende la disciplina, amar a la patria, respetar a la familia, de ser autosuficiente, tener lista la ropa, etc. Son valores que yo rescato de lo que fue mi pasantía por el servicio militar obligatorio (SMO)”, expresó.
Debe ser optativo
Muchos señores que opinaron sobre la publicación de Carlos comentaron que a las nuevas generaciones de jóvenes que andan metidos en el vyrorei les falta ir al cuartel.
El periodista dio su opinión sobre la polémica que genera el debate sobre el SMO, destacando que en su caso particular él elogió ponerse el uniforme.
“Fue mí decisión ser soldado raso en Mariscal Estigarribia. Yo creo que debe ser el SMO, Servicio Militar Optativo y profesionalizar como hacen ahora. No debe ser una carga para el ciudadano, debe ser una opción. Que le permita a mucha gente de escasos recursos acceder a una formación técnica y que sea un servicio remunerado”, señaló.
También opinó que los jóvenes deben tener la libertad de elegir ser o no militar.
“Yo pienso que si está convencido de servir a la patria lo debería hacer y si no respetar la decisión de ser un objetor de conciencia”, indicó.
Empezó de abajo
Troche relató que gracias a su paso por el ejército y a que se independizó siendo muy joven aprendió a hacer de todo un poco.
“Vivía solo, tuve que aprender un montón de cosas, planchar, lavar la ropa y cocinar, aunque no me sale tan bien. Empecé muy de abajo, no siempre me manejé en vehículo y no tuve una persona que me ayudara en los quehaceres. De hecho me casé un poco tarde, muchos años de soltería me obligaron a aprender y me encanta”, indicó.
Carlos dejó un mensajito para la muchachada que es medio kaigue y no ayuda en el hogar.
“Para mí no es deshonra que un hombre se ponga el delantal, que planche, que arregle la cama o que lave los cubiertos. A mí me encanta hacer todo eso. Además, eso no me hace más ni menos hombre”, añadió el periodista.