No solo ayudan a salvar vidas, a menudo las circunstancias les obligan a cambiar el color de la capa y convertirse en superhéroes.
El teléfono de la unidad sonó, del otro lado, una familia pidió auxilio, una parturienta necesitaba traslado urgente.
El móvil de los Bomberos Azules con la sirena a todo volumen salió disparado del cuartel y se dirigió al asentamiento 30 de enero de Pedro Juan Caballero.
Al llegar al lugar desde donde habían realizado la llamada encontraron a la señora ya a punto de dar a luz.
La llevaron rumbo al Hospital Regional.
Pero el destino decidió que el móvil de los rescatistas, por un momento, se convierta en la sala de parto.
Una hermosa beba nació gracias a la ayuda de los bomberos, cuya brigada estuvo bajo el mando de Carlos Marín.
Tanto madre como hija posteriormente fueron atendidas en el mencionado centro asistencial y están sanas y salvas.